Con la sabiduría del que ya ha vivido lo acontecido hablaremos del Lunes Santo. El cielo gris que nos acompañó durante casi toda la Semana Santa, también estuvo presente el primer día de la semana.
Durante la mañana se adornaban los pasos en Santa Nonia. La virgen de Angustias, el Nazareno y la Piedad aguardaban que dieran las 8 para comenzar su andadura por las calles de León. Llegué a Santa Nonia sobre las 2 de la tarde. El Nazareno ya estaba listo. Como siempre, cargado de flores. Esta vez con predominio de tonos verdes, lo que hacía resaltar aún más la talla magnificamente restaurada por Víctor de los Ríos.
La Virgen de Angustias todavía estaba en manos de los operarios que se encargan de su estética floral. Este año la encontré..."rara" y hasta el jueves santo no nos dimos cuenta de lo que nos resultaba extraño. Otros años la Virgen se encontraba en la cima de un montículo en cuyas laderas se desparramaban flores. En esta ocasión se encontraba en una posición más baja y, por ende, las flores también.
En cuanto a la Piedad....siento decir que a la que suscribe no la gustó cómo la estaban dejando. Creo que no la favorecen los tonos rojos y granates, pues es una talla que ya de por sí es bastante oscura. Sin duda alguna, se vé mejor con flores que la den luz, no que la apaguen más. Es decir, con tonos claros.
Daban las 8 y en los arlededores de Santa Nonia se agolpaban los papones de las tres cofradías que iban a procesionar y sus familiares. Esperaban a que parara de llover y las nubes se disiparan. Esperaban que les dieran la noticia de que la previsión meteorológica era buena y que el cortejo podía hacer su recorrido. Pero no fue así. Durante la espera comenzó a granizar con fuerza. Se abrieron los paraguas al unísono. El viento ondeaba las túnicas y con el pesar del que ha esperado durante todo el año para procesionar, se fue cada uno para su casa.
Durante la mañana se adornaban los pasos en Santa Nonia. La virgen de Angustias, el Nazareno y la Piedad aguardaban que dieran las 8 para comenzar su andadura por las calles de León. Llegué a Santa Nonia sobre las 2 de la tarde. El Nazareno ya estaba listo. Como siempre, cargado de flores. Esta vez con predominio de tonos verdes, lo que hacía resaltar aún más la talla magnificamente restaurada por Víctor de los Ríos.
La Virgen de Angustias todavía estaba en manos de los operarios que se encargan de su estética floral. Este año la encontré..."rara" y hasta el jueves santo no nos dimos cuenta de lo que nos resultaba extraño. Otros años la Virgen se encontraba en la cima de un montículo en cuyas laderas se desparramaban flores. En esta ocasión se encontraba en una posición más baja y, por ende, las flores también.
En cuanto a la Piedad....siento decir que a la que suscribe no la gustó cómo la estaban dejando. Creo que no la favorecen los tonos rojos y granates, pues es una talla que ya de por sí es bastante oscura. Sin duda alguna, se vé mejor con flores que la den luz, no que la apaguen más. Es decir, con tonos claros.
Daban las 8 y en los arlededores de Santa Nonia se agolpaban los papones de las tres cofradías que iban a procesionar y sus familiares. Esperaban a que parara de llover y las nubes se disiparan. Esperaban que les dieran la noticia de que la previsión meteorológica era buena y que el cortejo podía hacer su recorrido. Pero no fue así. Durante la espera comenzó a granizar con fuerza. Se abrieron los paraguas al unísono. El viento ondeaba las túnicas y con el pesar del que ha esperado durante todo el año para procesionar, se fue cada uno para su casa.
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Fotografías: Mª Edén Fernández Suárez
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