Tarde soleada y calurosa, niños comiendo helados y con globos de colores. Ocho de la tarde en el jardín de San Francisco, ya asoma la cabeza de la procesión del Dainos. Sin duda alguna una de esas procesiones que por tradición y raigambre no deben perderse. Como les comento ya son las ocho de la tarde y la cabeza de la procesión llega al cruce con la calle Alcalde Miguel Castaño. Parada y fonda ya que aún no se ha cortado el tráfico y no va a ser cuestión que los penitentes esquiven coches y autobuses. Se corta el tráfico (in extremis) y el público cierra el recorrido de la procesión. Poco a poco va saliendo el cortejo y el "ranero" asoma por la puerta portado a hombros sobre trono estrenado el pasado año. Ya es Domigo de Ramos y sale el Dainos a la calle acompañado por la Banda de Música de las Siete Palabras. Sonido de "carracas", capas pardas. Pasará por la calle Hospicio como buscando el convento de las Madres Benedictinas, girará para bajar por Castañones y hacer que el numeroso público salga a su encuentro en Santa Cruz y plaza Mayor. Bajará por la "ancha" despacio, mecido sin brincos ni prisas sabiendo que su madre lo espera en la capilla de Santa Nonia y añorando de nuevo la recogida en su casa, el convento de los Franciscanos. Nuevo Domingo de Ramos y el mismo Dainos de siempre. "Dainos Señor buena muerte..."
FOTOGRAFÍA: María Edén Fernández Suárez
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