Es, sin duda alguna, tiempo de sones de procesión, de obleas, de pipas a la espera de la llegada de las procesiones. Es tiempo de limonadas, de encuentros de año en año, de paseos y visitas, de ir a Santa Nonia, de pasar por las Carbajalas.
Faltan tan solo 3 días para el Viernes de Dolores y por lo tanto para que la patrona de León salga por el dintel de la recoleta iglesia del Mercado, joya del Románico, escondida, como oculta dentro de nuestro casco histórico. Tres días para el intercambio de invitaciones, y para que la agrupación de braceros del barrio del Mercado, vestidos de negro luto mezan a nuestra Madre Dolorosa.
Llegará, como no, el Viernes Santo, con las carreras matutinas para llegar a tiempo de pasar lista en Santa Nonia, de cansancios y como no, de nostalgias.
Llegará el tiempo de estar solo contigo mismo, debajo de las andas del paso, hablando contigo, pensando, sintiendo y humedeciendo en ocasiones el raso del forro de nuestros capillos. Llegarán las promesas que año a año nos hacemos con el único testigo impertérrito que siempre nos escucha.
Llegará todo esto y llegarán más cosas que quizá no sea capaz de narrar en estas líneas.
Que sea enhorabuena y que esta Semana Santa 2010 sea la mejor que nunca hayamos vivido. Que sea especial, diferente, que en algo nos cambie y que sea para bien.
Fotografía: Mª Edén Fernández Suárez
Faltan tan solo 3 días para el Viernes de Dolores y por lo tanto para que la patrona de León salga por el dintel de la recoleta iglesia del Mercado, joya del Románico, escondida, como oculta dentro de nuestro casco histórico. Tres días para el intercambio de invitaciones, y para que la agrupación de braceros del barrio del Mercado, vestidos de negro luto mezan a nuestra Madre Dolorosa.
Llegará, como no, el Viernes Santo, con las carreras matutinas para llegar a tiempo de pasar lista en Santa Nonia, de cansancios y como no, de nostalgias.
Llegará el tiempo de estar solo contigo mismo, debajo de las andas del paso, hablando contigo, pensando, sintiendo y humedeciendo en ocasiones el raso del forro de nuestros capillos. Llegarán las promesas que año a año nos hacemos con el único testigo impertérrito que siempre nos escucha.
Llegará todo esto y llegarán más cosas que quizá no sea capaz de narrar en estas líneas.
Que sea enhorabuena y que esta Semana Santa 2010 sea la mejor que nunca hayamos vivido. Que sea especial, diferente, que en algo nos cambie y que sea para bien.
Fotografía: Mª Edén Fernández Suárez
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